Cuando observamos que los SUV, cada vez más, adoptan el papel que en su momento ostentaban los monovolúmenes familiares, es todo un alivio ver que marcas como Subaru siguen ofreciendo la tracción 4×4 como uno de sus principales activos, tanto por seguridad en carretera (ante condiciones meteorológicas adversas), como garantizando la movilidad fuera del asfalto.
La marca nipona cuenta con una amplia experiencia en este campo, pues desde el año 1972 ha ido evolucionando su sistema de tracción total permanente, denominado Symmetrical AWD, junto a otro de sus rasgos diferenciadores como es el motor bóxer, tanto en sus versiones de gasolina como, más recientemente, con el primer diésel del mundo que adopta esta configuración.
No es normal que un fabricante presente tantos modelos diferentes dirigidos a un sector de público tan similar: nos referimos precisamente al de las familias más activas del vecindario. Podemos encontrar desde un crossover como el Subaru Outback, idóneo si la mayor parte del tiempo circulas por carretera pero no le haces ascos a una buena excursión campestre, pasando por un SUV compacto como el Subaru XV, de excelente comportamiento en carretera y que se beneficia de mejores cotas y prestaciones fuera de ella (ambos probados ambos en Coches.com), hasta el modelo que analizamos esta semana, el Subaru Forester, un vehículo más destinado a su uso fuera del asfalto pero que se desenvuelve también muy bien en él, y que además cuenta con indudables dosis de practicidad gracias a sus mayores dimensiones y un maletero más amplio.
Claro que la competencia aprieta cada día más y ha de hacer frente a rivales premium de la talla del nuevo BMW X4 o el Audi Q5, pasando por otros como el Ford Kuga, el Honda CR-V, el Hyundai Santa Fe o el renovado Nissan X-Trail, además del resto de la enorme oferta de SUV familiares, de los que tenéis un exhaustivo informe en nuestra guía de compra. Aunque destaca sobre ellos por erigirse como portaestandarte de la tracción total permanente.
Vamos a ver cuáles son sus principales bazas para intentar hacerse con una porción de tan competido segmento:
Exterior
En esta cuarta generación del modelo nipón nos encontramos con un diseño renovado pero que no pierde gran parte de las señas de identidad a las que ya estábamos acostumbrados. No es un vehículo que entre por los ojos al primer vistazo, no tiene un diseño radical ni futurista, pero es de esos modelos que agradará a la gran mayoría de las personas a las que preguntemos.
La unidad que puedes ver en este artículo corresponde a un Subaru Forester con acabado Executive, no obstante si sus líneas te parecen demasiado inexpresivas siempre puedes optar por adquirir la variante Executive Plus que, aunque no presente diferencias radicales, sí cuenta con un paragolpes delantero deportivo y llantas de aleación de 18 pulgadas de diseño más llamativo.
Sin ser un SUV de dimensiones excesivas, más próximo en tamaño al de los todocamino compactos, sí plantea unas proporciones que, como veremos más adelante, permiten al modelo nipón tratar muy bien a sus ocupantes y disponer de un volumen de carga destacable, todo ello en un envoltorio de 4,595 metros de longitud, una anchura de 1,795 metros y 1,735 metros de altura. También son resaltables su batalla (distancia entre ejes) de 2,640 metros y una altura mínima respecto al suelo de 22 cm.
Si lo observamos de frente destaca sobremanera la presencia de la gran parrilla central con forma trapezoidal, formada por plástico negro en forma de panal de abeja, y dotada de un grueso marco cromado, al igual que una ancha lama, en su parte superior, que rodea el gran logo de la marca.
A ambos lados unos faros de grandes proporciones, en cuyo contorno se incluye una fina hilera LED que forma una atractiva luz de día. Las ópticas principales, a pesar de lo que pudiera parecer en un principio, son de xenón, garantizando una óptima visibilidad en todo tipo de condiciones. En este conjunto también se incluyen los intermitentes.
Justo debajo de la parrilla frontal una alargada y estrecha toma de aireación contribuye a mejorar la refrigeración del propulsor, para dar paso a la placa de matrícula y justo debajo a una gran defensa plástica (con otras 2 tomas de aireación) que rematan el conjunto del paragolpes en su parte inferior. No podemos olvidar tampoco la presencia de sendos faros antiniebla, encastrados en un marco de plástico negro.
Si nos desplazamos alrededor del Forester contemplaremos ahora su vista lateral que destaca por las armoniosas líneas que comienzan en el prominente morro, para seguir con un parabrisas de generoso tamaño que se inclina hacia atrás, pero a la vez gana suficiente altura, lo que al final repercutirá en un espacio vertical interior muy generoso. El techo se prolonga casi plano, y en él se sitúan unas prácticas barras donde poder anclar un cofre u otro tipo de accesorios. Finaliza en un pequeño alerón que dota de una cierta dosis de dinamismo a esta zona.
Los pasos de rueda están ligeramente abombados para dar cabida a unas sencillas llantas de aleación de 17 pulgadas de diámetro y 5 fornidos radios, sobre las que se montan los eficaces neumáticos M+S Yokohama Geolander G91 en medidas 225/60 R17 99V.
La superficie acristalada llama la atención por sus notables dimensiones, lo que proporciona una óptima visibilidad allá donde miremos. Al igual que el tamaño de las puertas, que facilitan un fácil acceso al interior a personas de toda edad y condición. En ellas se anclan unos grandes espejos laterales, que ayudan mucho a la hora de controlar los alrededores del vehículo en todo tipo de maniobras.
Por último la zona trasera está presidida en su parte superior por el alerón antes comentado que incluye en su cuerpo la tercera luz de freno. El cristal posterior garantiza la suficiente visibilidad, aunque dada la altura del vehículo también se incluye una cámara de visión trasera para facilitar las maniobras de aparcamiento o cuando demos marcha atrás en el campo.
Los grupos ópticos muestran un diseño sencillo, pero cumplen sobradamente su función. Las dimensiones del portón facilitan una gran boca de carga al maletero, aunque quizá su borde inferior se situé todavía a demasiada altura para que la labor de subir los bultos sea menos costosa. La zona inferior del paragolpes está rematada en plástico negro mate, al ser una zona más sensible a las rozaduras y pequeños golpes. Es aquí donde se sitúa la única salida de escape en el lateral derecho.
Interior
La misma simplicidad de líneas que preside el exterior se traslada al interior de este Subaru Forester. El diseño resulta demasiado sencillo para lo que se estila hoy en día, pero también hay que reconocer que las familias que necesitan un vehículo eminentemente práctico no siempre buscan las últimas tendencias en cuanto a estilismo. Además no debemos pasar por alto no tanto la calidad de los diferentes plásticos empleados como, sobre todo, su excelente ajuste, lo cual repercute positivamente en la ausencia total de ruidos y crujidos a la hora de circular por terrenos rotos o carreteras bacheadas.
El salpicadero está dividido en su zona central por una gran consola descendente que aúna una gran parte de los controles del vehículo. La sección superior está presidida por dos pantallas (protegidas por una pequeña cúpula que evita molestos reflejos del sol), donde se nos mostrará información tanto del sistema de climatización (izquierda) como del funcionamiento de la tracción total, consumos, eficiencia o estado de los principales órganos del vehículo (pantalla multifunción).
Justo debajo encontramos un par de aireadores rectangulares de fácil regulación y orientación, rodeando el pulsador de los intermitentes de emergencia, de unas considerables proporciones, todo lo contrario a lo que ocurre en muchos modelos actuales que casi tratan de esconderlo en el salpicadero.
Si seguimos descendiendo nos topamos con la pantalla táctil de 7 pulgadas del sistema de navegación que también sirve para gestionar el conjunto de audio. Está dotada, además, con una función de reconocimiento de voz, muy útil, que se activa desde un botón en el volante, facilitando la introducción de órdenes precisas sin despistarnos en la conducción.
Tres grandes mandos giratorios sirven para regular el sistema de climatización bi-zona, que cuenta con una buena potencia y permite alcanzar la temperatura óptima en pocos instantes, a pesar del gran volumen de aire que aloja este SUV japonés.
Por último encontraremos un gran hueco de almacenaje, donde depositar los objetos de uso más habitual, allí se ubica también una toma de corriente de 12 voltios tipo mechero. Justo a sus pies se emplazan los pulsadores que controlan la calefacción de los asientos delanteros y, en el medio, hay unas marcas que nos indican dónde se instala en otros modelos de la gama el botón que activa el sistema X-Mode de control de tracción.
La palanca de la caja de cambios manual de 6 velocidades cae muy a mano, sus recorridos no son excesivos, pero podría mejorar en cuanto a precisión, sobre todo cuando avivamos el ritmo en una carretera de montaña.
En lo que respecta al puesto de conducción está presidido por un volante de tres radios de correctas dimensiones y grosor, forrado en cuero. En los brazos horizontales, de notables dimensiones, se agrupan los mandos de control del sistema multimedia y teléfono (izquierda) y del control de crucero y limitador de velocidad (derecha). En su zona central no podía faltar el logo con las 6 estrellas de la constelación de las Pléyades, emblema de la firma nipona. El volante es regulable tanto en altura como profundidad lo que hace que, junto a los múltiples reglajes del asiento del conductor, sea bastante sencillo encontrar la postura de conducción idónea.
Una vez bien sentados nos resultarán claramente visibles tanto el tacómetro como el velocímetro del cuadro de relojes, así como la pequeña pantalla multifunción que hay entre ambos, donde se indican kilometrajes totales y parciales, consumos, velocidades medias, etc. También encontramos algunos mandos más concentrados en la zona izquierda de la columna de dirección, como son los de la regulación de la intensidad lumínica del cuadro, desconectador del ESP o apertura del portón trasero.
Los asientos delanteros, en esta versión con equipamiento Executive, están forrados en cuero, no resbalan en exceso, sujetan bien el cuerpo y son bastante cómodos en viajes largos, además de contar con regulación eléctrica para realizar más fácilmente los ajustes necesarios. Se adopta una postura de conducción alta que no reporta más que beneficios a la hora de otear todo lo que sucede a nuestro alrededor, tanto en conducción por campo como por ciudad.
Las plazas traseras son amplias y permiten un uso continuado por parte de tres ocupantes, lo cual es una excelente noticia, dada la tendencia a sacrificar la plaza central por parte de algunos fabricantes. Pero en lo que verdaderamente destaca esta zona es por el espacio disponible para las piernas (incluso en esa plaza central) y la considerable altura al techo, lo que permitirá viajar a tres adultos con una notable comodidad. Los asientos pueden plegarse por partes para aumentar la capacidad de carga del maletero.
El habitáculo cuenta con multitud de huecos donde ubicar todos esos objetos que tanto molestan en un viaje pero que no podemos pasar sin ellos. Hay un gran cajón en la consola central, debajo del apoyabrazos, cubículos en las puertas, posavasos, portagafas, etc.
Maletero
En todo vehículo lúdico y familiar que se precie la capacidad de transporte supone un aspecto muy importante a la hora de tomar la decisión de adquirir un modelo u otro. En el caso del Subaru Forester, que hoy analizamos, está francamente bien servido con sus 505 litros de capacidad, y por sus formas muy aprovechables.
Pero también resulta definitiva la versatilidad y capacidad de adaptación a las más variadas situaciones. Disponemos de todo tipo de ganchos o anillas donde anclar el equipaje, además de tomas de corriente y, si fuese necesario por su mayor longitud, es posible plegar parcial o totalmente los asientos traseros (en una proporción 60/40) para obtener un volumen total de carga que se aproxima a los 1.564 litros. Además nos quedará una amplia área de carga, totalmente plana, donde trasladar los objetos más voluminosos.
Debajo de dicha zona de carga se encuentra un hueco compartimentado donde almacenar pequeños objetos que no queremos que anden dando tumbos por el maletero. Y si levantamos el poliestireno expandido de color gris que forma su estructura accederemos a un nivel inferior, donde hallaremos una rueda de repuesto de emergencia y de uso temporal que apenas nos servirá para salir de un apuro en caso de pinchazo.
En su interior alberga el gato, gancho de remolque y las herramientas necesarias para cambiarla. Nuestra recomendación, dado que existe hueco suficiente, es adquirir una rueda de las mismas dimensiones y compuesto de las otras cuatro, sobre todo si solemos frecuentar pistas y caminos.
Para rematar este apartado contamos con un portón trasero de apertura y cierre eléctrico, que puede ser accionado desde un botón en la parte baja del salpicadero, también desde el mando a distancia y, evidentemente, desde el propio portón, lo que facilitará enormemente las labores de carga y descarga de objetos.
No os perdáis la segunda parte de esta prueba a fondo del Subaru Forester.
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